jueves, 22 de agosto de 2013

Hoy, aprovechando la salida de vacaciones, vamos a contravenir las reglas de este blog, y vamos a mostrar una ciudad: Almuñecar, situada en la costa granadina, que está cargada de historia, por la que han pasado fenicios, romanos, árabes y castellanos, y que, por suerte, tenemos la ocasión de ver restos de estas civilizaciones, y no como en otros lugares de todos sabido.


ALMUÑECAR

La historia de Almuñécar, se inicia alrededor del 1500 a.C, cuando la cultura fenicia coloniza a los antiguos habitantes, provenientes de la cultura arganica, de la Edad del Bronce.


Como el alfabeto fenicio, carecía de vocales, el nombre del asentamiento “SKS”,  siendo la pronunciación “sex”. Tras la conquista de los romanos, dado que en el latín, el nombre de las ciudades, era el locativo, se les añadía una “i”, siendo el nombre “sexi”, al que se añadieron “Firmium Iulium”. De ahí que a los habitantes de Almuñécar, se les llame Sexitanos.

Anteriormente, cuando en el siglo III, llegan los romanos, se encuentran una ciudad bien estructurada, con una pujante economía, basada en la salazón de pescado, fabricación de garum, una moneda propia. La remodelan, construyendo templos, teatro y acueducto.

El nombre actual, proviene de los árabes, que en el siglo VIII, la volvieron a reconstruir, llamándola “Hisn-al-Monacar”, que significa “rodeada de montañas”.

En tiempos de Al-Ándalus, el famoso viajero al-Idrisi, descubrió la ciudad, ya menciona las ruinas de anteriores culturas.

Cuando en el año 755, llega a la península Abderramán I, por las costas sexitanas, Almuñécar, pasó a formar parte de la Cora de Elvira, según la administración musulmana. En ese momento, Almuñécar, era un punto fuerte en la costa: un “hisn” o castillo, aunque no fue, hasta el siglo XI, no se puede hablar de ella como ciudad o medina.
Producía caña de azúcar, plátanos, pasas, cereales, todo tipo de frutas, y tenia abundante pesca. Disponía de puerto, barrios extramuros y mezquita.

Durante el reino nazarí, perteneció a la taifa de Granada, y era uno de los núcleos más importantes.
Tras la caída de Baza, en 1489, la costa de Granada se rindió a las tropas castellanas, en diciembre de ese mismo año, firmándose las capitulaciones en Almuñécar.

Del periodo fenicio, aun han llegado a nuestros días, algunos restos, como son la fábrica de salazón de pescado.




 Aunque datan del siglo  IV a. C., su mayor apogeo lo tuvieron en la época romana, ya que para estos este producto era muy apreciado, así como el “garum”, que era una especie de paté.
Estuvo en funcionamiento hasta el siglo IV, d.C.

 De la época romana, tenemos distintos trozos del acueducto que traía el agua a la ciudad, como son los de la imagen, dentro de la propia ciudad, además de otros fuera del casco urbano. Junto a los restos, del acueducto, podemos ver los de las termas existentes junto a él.
Incluso esta fuente, en la zona antigua de la ciudad, hoy sin agua, estaba alimentada por el acueducto.





También podemos admirar las bóvedas subterráneas Obra que realizaron los romanos, hace 2000 años, para nivelar el terreno en la parte alta de la ciudad. Albergan  la llamada Cueva de los Siete Palacios, en donde podemos ver el Museo arqueológico de la ciudad, en el cual, además de diversos hallazgos, podemos admirar  su principal objeto: un vaso cinerario, que perteneció al faraón Apofis I, construido en mármol.


Mención especial, podemos darle al Castillo de San Miguel, de origen árabe, delimitado por los restos del recinto amurallado anterior al existente.


El recinto exterior, atraviesa el castillo árabe y fue realizado en el siglo XVI.

Esta situado en lo alto de un cerro, y tiene un amplio foso, y tenía puente levadizo. Podemos observar distintas torres, cada una de una forma.
La torre del Homenaje, esta destruida, y en el interior del castillo, se guarda el Museo de la Ciudad. Posteriormente, fue también reconstruido por los cristianos, una vez que Baza cayó, y Almuñécar se rindió.
En la parte noroeste, podemos ver una torre albarrana. El castillo, esta construido en piedra, y el ladrillo se dejó para la construcción de las partes más importantes.


Otro edificio singular que podemos visitar, el Palacete de la Najarra. Construido en el siglo XIX, por José Rubio Osorio, sobre una antigua casa árabe, guarda todas las partes típicas de este tipo de construcciones, y tiene un patio con varias fuentes (que cosa más triste, una fuente sin agua). En su interior está la oficina de Turismo, y en el patio, podemos ver una casa andaluza, hecha a escala, lo que la hace parecer una casa de muñecas.



Otro edificio interesante, es la iglesia de la Encarnación. Construida, entre 1595 y 1600, sobre el depósito de agua romano, fue diseñada por Juan de Herrera, si, nuestro Juan de Herrera, aunque la torre se debe a Diego de Siloé.




TEXTO E IMÁGENES:  José Casado y Olga Pérez

DOCUMENTACIÓN:  Wikipedia, Granadapedia, Almuñecar.Info



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