miércoles, 18 de abril de 2012

FRANCISCO SABATINI

Vamos a hablar de otro de los grandes arquitectos, que aunque no nacido en Madrid, si que ha dejado una huella, que marca la fisonomía de nuestra ciudad.
Nació en Palermo (Sicilia), que entonces formaba parte del reino de Nápoles y Sicilia, el 5 de marzo de 1721 y falleció en Madrid, en 1797.

Desarrolló, prácticamente la totalidad de su trabajo en España, al servicio de la Casa Real.

Su estilo, era de carácter barroco clasista, cercano al Renacimiento, ya que hasta que apareció Juan de Villanueva, no se puede hablar de un estilo neoclásico puro.

Estudió arquitectura en Roma, y sus primeros contactos con la monarquía española, se remontan a su participación, bajo la dirección de su suegro Luigi Vanvitelli, en la construcción del Palacio Real de Caserta, para el entonces rey de Nápoles, Carlos VII, futuro rey de España, como Carlos III.

Cuando Carlos III accedió al trono de España, le llamó a Madrid, en 1760, y lo puso por encima de los arquitectos españoles de época. Se le nombró Maestro Mayor de las Obras Reales, con el rango de teniente coronel del Cuerpo de Ingenieros, a la vez que se le nombraba académico honorífico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Su innegable talento, unido a los favores del rey, le reportaron numerosos encargos y trabajos. Gracias a su trayectoria profesional, fue ascendido a teniente general del Cuerpo de Ingenieros, y se le otorgó el hábito de Caballero de la Orden de Santiago, además, pertenecía al grupo de confianza del rey, al ser nombrado Gentilhombre de Cámara.

De sus numerosos obras, algunas no han llegado hasta nuestros días, como por ejemplo:


El convento de los franciscanos, en el Prado de los Leganitos (1786-1797).


La Puerta de San Vicente (1775).
La imagen que vemos, no es la que existe actualmente, que fue construida bajo la alcaldía del profesor Tierno Galván, y tiene la particularidad de estar colocada en otro lugar y orientada al revés.

Fuera de la capital, también realizó obras, como:

La Real Fabrica de Armas de Toledo; un cuartel para la Guardia Valona, en Leganes, actualmente forma parte de la Universidad Carlos III; el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana, en Valladolid; En Granada, el convento de las Comendadoras de Santiago. También, intervino en la llamada Capilla de Palafox, en la Catedral de Burgo de Osma (Soria), aunque el resultado final de esta, se lo debemos a Juan de Villanueva.

De las obras que si han llegado hasta nosotros, podemos citar:

El Palacio Real, ya que sustituyó a Sachetti, tras la muerte de este, hasta su conclusión en 1764. Realizó obras, tanto en el exterior, como en el interior.

La Real Casa de Aduanas, (1761-1769), actual Mº de hacienda en la calle de Alcalá.

Realiza, junto con Francisco Gutiérrez, los sepulcros de Fernando VI y Bárbara de Braganza, que están en la iglesia de las Salesas Reales.

Dirige las obras de la remodelación de la Cuesta de San Vicente (1767-1777).

Proyecta y construye la Puerta de Alcalá (1774-1778).


En 1774, se hace cargo de las obras de la Basílica de San Francisco El Grande, hasta su terminación en 1784.
Las obras de alcantarillado, empedrado y limpieza de la Corte (1761-1765)

Construye la Casa de Secretarios de Estado y de Despacho, también conocida como Palacio de Godoy o de Grimaldi (1776), en la calle Bailen.
Continúa con las obras del Hospital General, que había iniciado Jose de Hermosilla (1776-1781), con el reinado de Fernando VI, actual Museo Reina Sofía y Conservatorio de Música.
















Proyecta y realiza la traza primitiva, y la puerta del real Jardín Botánico (1774-1781).
Participa, junto con Juan de Villanueva, en las obras de remodelación de la Plaza Mayor, tras el incendio acaecido en 1790.

En la Casa de Campo, también tiene Sabatini, numerosas intervenciones, promovidas por Carlos III. Destacan la remodelación del Palacio de los Vargas.
Las iglesias de Rodajos, aunque de esta no queda nada y de Torrecilla.

Además, realizó también, casas de guardas, La Faisanera, caminos, puertas, rejas, obras hidráulicas y el cerramiento de la finca. No todas estas creaciones han sobrevivido al paso del tiempo, ni a la Guerra Civil, claro. Pero podemos admirar una de sus obras más impactantes como es el Puente de la Culebra.
Construido sobre el arroyo Meaques, por el mero hecho de que resultase bonito, ya que era poco practico, puesto que no lo podian atravesar los carruajes, por su estrechez y por su serpenteante diseño.
TEXTO E IMAGENES ACTUALES:
José Casado
DOCUMENTACIÓN:
Wikipedia
Andarines.com
Archivos de imagenes antiguas.

viernes, 6 de abril de 2012

CARDUCHO EN EL MONASTERIO DE EL PAULAR.

En 1390, por orden de Enrique II de Castilla, se inician las obras de este cenobio cartujo, que se prolongaron a lo largo de varios siglos. La ubicación la eligió el propio monarca, y señaló a su hijo (Juan I de Castilla), el lugar de construcción, junto a la ermita existente, hoy llamada Capilla de Nuestra Señora de Monserrat.
El proyecto constaba de tres edificios: monasterio, iglesia y el palacio para uso y disfrute de los reyes. En el inicio de su construcción, se reunieron varios arquitectos, como Rodrigo Alfonso, que también interviene en la Catedral de Toledo; Abderramán, que hizo el refectorio gotico-mudejar, y Juan Guas, responsable del atrio y la portada de la iglesia y el claustro de los monjes. Ya durante el siglo XV, Juan y Rodrigo Hontañon trabajaron allí.


En 1835, como a otros muchos recintos religiosos, le afectó la Desamortización de Mendizábal. y en consecuencia, se perdieron importantes obras que decoraban las paredes de la iglesia, así como su importante biblioteca, que albergaba miles de volúmenes.
Ya pasada la Guerra Civil, en 1954, el general Franco, cedió lo que quedaba del monasterio, en usufructo, a la orden benedictina. Vinieron entonces, doce monjes benedictinos de la abadía de Valvanera, en La Rioja, para hacerse cargo del Paular.

En nuestros días, desde 1996, se ha estado llevando a cabo un plan de restauración del monasterio. Se han destinado 12 millones de euros para tal fin.

El monasterio, pertenece al estado desde 1876, y en el año 2014, finaliza la cesión del usufructo a la orden benedictina, que se realizó en 1954, por 30 años y que se renovó por otros tantos en 1984. El Ministerio de Cultura, esta preparando una propuesta integral para el conjunto.


Ahora, con la restauración terminada, y convertido en Sala Permanente del Museo del Prado, desde 2001, se ha estado trabajando en la recuperación de las 52 obras de Carducho (1576-1638), conocidas como Serie Cartujana, y que este había pintado por orden de San Bruno de Colonia, fundador de la orden cartuja, entre los años 1626 y 1632, y que se encontraban diseminadas por diversas ciudades de España.



El propio Museo del Prado, guardaba 17 de ellas, El Museo provincial de A Coruña, tenia 14, y había otras en Burgos y Valladolid. En 2006, se terminó esta recuperación y ahora podemos ver las 52 obras en el remodelado claustro. Todas las pinturas tienen un tamaño de 3,45x3,15 metros.
Las podemos ver, como están en sus bastidores, sin marcos, ya que los que tenían anteriormente, eran de escayola y se habían deteriorado.




TEXTO E IMÁGENES ACTUALES: José Casado
DOCUMENTACIÓN: Wikipedia, Museo del Prado, El Pais.