jueves, 22 de diciembre de 2011

EL GORDO DE NAVIDAD.

Todos hemos imaginado, en algún momento, que un día nos tocaba el Gordo de Navidad, y lo que haríamos con ese dinero.
Pues pongámonos en el caso de un señor: Santiago Alonso Cordero, que un buen año, acierta una combinación ganadora de la Lotería, modalidad que existía en aquella época, y gana una cifra de dinero exorbitante.

Hasta ahí todo bien, pero resulta que cuando este buen hombre va a cobrar su premio, el Tesoro Publico, le dice que no hay dinero suficiente para hacérselo efectivo, debido a lo tumultuoso de la época del reinado de Isabel II.

Retrocedamos un poco, en la Puerta del Sol, existía un convento, el de San Felipe, que se construyó en 1547, se desamortizó en 1836 y posteriormente se derribó en 1838.
Así que en aquel momento existía un gran solar, en plena Puerta del Sol, y con este solar le pagaron parte de la deuda a este señor.

Don Santiago Alonso Cordero, conocido como “El Maragato”. Había nacido en un pequeño pueblo cerca de Astorga, y se había dedicado al transporte.

Construyó en el solar, entre los año 1842 y 1845, por el arquitecto Don Juan José Sanchez Pescador, un edificio de cuatro plantas, que fue lo más moderno y lujoso de Madrid; contaba con 100 suites de lujo, almacenes y locales. Las barandillas de las escaleras de hierro fundido y los suelos de mármol. Se conoció desde entonces como “La Casa Cordero”.



Estando ubicados en el edificio, distintos negocios y cafés, de gran abolengo en la vida social madrileña.
Incluso se conserva en un chaflán del edificio, el escudo de este singular personaje.



Este hombre, fue Concejal del Ayuntamiento de Madrid en 1841, y como curiosidad, digamos que asistía a los plenos, ataviado con el traje típico Maragato.

Pero resulta que hay otros historiadores, que sostienen que la fortuna de este hombre, no provenía de la Lotería, sino de sus negocios de transporte.

La verdad es que desde Apuestas y Loterías del Estado, no han podido confirmar, ni negar la historia.


TEXTO E IMÁGENES:
José Casado

DOCUMENTACION:
Wikipedia
Madrid oculto(Marco y Peter Besas)

martes, 6 de diciembre de 2011

EL MILAGRO DE LA FISICA (GALILEO EN MADRID)

En la Plaza de Oriente, frente al Palacio Real, podemos admirar, entre las hileras de reyes y reinas, un monumento coronado por la figura ecuestre del rey Felipe IV.

Esta escultura, realizada a mediados del siglo XVII, tiene una historia peculiar, y la vamos a tratar de contar.

Con objeto de emular la escultura ecuestre de su padre Felipe III, que podemos ver en la Plaza Mayor, el rey Felipe IV, ordenó esculpir una estatua, siguiendo el modelo de la pintura de Diego Velázquez, que podemos admirar en el Museo del Prado.



El rey, eligió a Pietro Tacca, conocido escultor florentino, que ya había realizado la escultura de Felipe III. Tacca se puso manos a la obra encantado, pero enseguida se dio cuenta de que no era lo mismo pintar una imagen de un caballo rampante con su jinete, que realizarlo en una estatua.
El problema es que la parte delantera, era demasiado pesada, para poder equilibrar el conjunto, solo con las dos patas traseras, aunque también se anclase la cola.

Tacca sabía, que el rey no aceptaría ninguna excusa, y menos de índole técnico, así que decidió pedir ayuda al más grande físico y astrónomo del momento: Galileo Galilei.

Le escribió una carta, y recibió la siguiente contestación:
“El problema al que se enfrenta, es realmente curioso, y me lo planteo como un acertijo. La idea de colaborar con usted y con el maestro Velázquez, es una propuesta demasiado tentadora como para desestimarla”. Y continuaba: “Déjeme decirle, que necesitara ocho toneladas de bronce para la parte trasera de la estatua, ya que esta deberá ser de material sólido. Le enviare los cálculos, y ángulos de inclinación, en cuanto me sea posible, y no dude que tratare el problema, como si se tratara de una de mis más importantes investigaciones científicas”.

Y así fue como se juntaron en un mismo proyecto. Diego Velázquez, Pietro Tacca y Galileo Galilei, aunque también participó Juan Martínez Montañés, como ahora veremos.

Galileo, solucionó el problema de manera innovadora, ya que por aquel entonces, las estatuas eran huecas, pero la distribución del peso, debía de ser extremadamente precisa y requería de unos conocimientos matemáticos excepcionales.



El modelo, a tamaño real, se terminó en Florencia, en 1638, y se traslado hasta Madrid, en donde se haría el fundido final.
La calidad del modelo, se catalogó como de extraordinaria, pero se criticó el escaso parecido con el rey, y carecía de su porte.

La solución, la dió Velázquez, que sugirió que un amigo suyo de Sevilla: Juan Martínez Montañés, realizase la cabeza del monarca. El rey accedió, y se guardo el modelo en los sótanos de El Alcázar.
Lo primero que hizo Montañés, al llegar a Madrid, fue cortarle la cabeza al rey….bueno, a su estatua, guardando la cabeza como modelo de las dimensiones.
Seis meses tardó Montañés en realizar el encargo, tiempo que dio a Velázquez, para pintar un cuadro de su amigo, trabajando en la cabeza del rey.



Cuando se terminó el conjunto, se excavó un enorme agujero en el Campo del Moro, y se realizó en vaciado en bronce fundido. Tardo 27 días en enfriarse, se extrajo, se pulió y barnizó, y tanto el rey, como Diego Velázquez, quedaron impresionados por el resultado obtenido.

Se colocó frente al Palacio del Buen Retiro, que era la zona más chic de Madrid. Luego se trasladó frente al Alcázar, y después, de nuevo, a El Retiro, colocándose en El Parterre.
Finalmente, en 1843, la estatua se colocó en su emplazamiento actual. Sobre una base en dos relieves: uno muestra al rey Felipe IV, condecorand0 a Diego Velázquez con la Cruz de la Orden de Santiago, y en el otro, muestra una alegoría del rey, como patrón de las artes y las letras.


TEXTO E IMAGENES ACTUALES: José Casado

IMAGENES CUADROS DE VELAZQEZ: Wikipedia

DOCUMENTACIÓN:

Wikipedia
Peter y Marcos Besas (Madrid Oculto)